jueves, 6 de julio de 2017

GENIOS DE MESOPOTAMIA Y SUS MISTERIOS

Los genios eran seres de gran importancia en Mesopotamia y, aunque inferiores a los dioses, participaban de su esencia, rigiendo los destinos de la naturaleza (cuyas fuerzas elementales representaban), interviniendo constantemente en la vida de los humanos. Se llamaban en general utukku y se dividían en dos grandes categorías:

       Los genios benéficos, shedu o lamasu:



Eran como esfinges que protegían a los humanos, llevaban sus ofrendas a los dioses, servían de mediadores, guardaban los palacios y los templos, protegían las ciudades, y aunque invisibles, acompañaban al hombre en todo momento.
Los shedu eran leones androcéfalos, seres guardianes que destacaban por su mirada penetrante.
Y los lamasu, toros androcéfalos; ambos eran animales fabulosos, híbridos. Construidos en piedra, en este caso tenían cabeza humana, alas de águila y cuerpo de toro, y protegían de los malos espíritus.
Estos toros androcéfalos flanqueaban las puertas como genios protectores, si bien aplicados a la pared, sólo tienen valor de relieve. Poseían  cinco patas, pues las visiones correctas eran de frente (viéndose dos patas) y de perfil, resultando visibles cuatro. Sintetizaban todos los poderes:
        Las patas de toro, el dominio de la tierra.
 Las alas, el cielo.
La cabeza humana, la participación de la inteligencia del hombre.
Los cuernos, protección divina.
 La larga melena y la barba, el poder
Vestido con las galas propias de la majestad asiria, el rostro auténtico se desvanecía entre el decorado y la tiara con cornamenta, atributo de los dioses.

También había genios que llevaban el agua purificadora y el polen para fecundar las palmeras y los cedros, elevados a categoría de árbol sagrado o de la vida. Aparecían solos o en parejas, simétricamente dispuestos a los lados del Árbol de la Vida. Tenían cuerpo humano, enorme fortaleza y músculos exagerados en las versiones asirias; vestían larga túnica real, poseían uno o dos pares de alas y cabeza de águila. Recordaban a los dioses egipcios de cuerpo humano y cabeza de animal. Relación con los posteriores símbolos de los evangelistas (San Lucas, el toro; San Marcos, el león; San Juan, el águila; San Mateo, el ángel o el hombre).


Relieve asirio de Nimrud. De la época de Assurbanipal (s. IX a. C).
En él puede verse a dos genios alados fecundadores y purificadores, quizá en relación con los apkallu, con cabeza de águila que tuvieron prolongadas repercusiones hasta la Edad Media, al lado del Árbol sagrado de la Vida. 

  Los genios perversos, edimmu, arallu:


Entre los genios maléficos se encontraban los edimmu, almas de los muertos que no habían recibido sepultura o no habían sido debidamente honrados en los funerales. Se vengaban incomodando a los seres vivos que los descuidaron; sin embargo era fácil librarse de ellos ofreciéndoles agua limpia y una comida especial.
Peores eran los procedentes del Kur o infierno, secreciones de la  bilis de Ea. Representaban al Mal en sentido moral, por lo que inspiraban acciones criminales, mentiras y toda clase de pecados; también personificaban las fuerzas desatadas de la naturaleza, sobre todo huracanes, tempestades y toda serie de calamidades. Desconocían la piedad, no escuchaban las súplicas y no se aplacaban con ofrendas, porque ignoraban el amor. Solamente las artes de los exorcistas, si tenían éxito, podían liberar a los seres humanos de estos engendros que les mortificaban con enfermedades y con la muerte, apareciéndose con aspecto monstruoso, de cabezas horribles, a veces leoninas con numerosos cuernos, garras de aves rapaces, varias alas y extraños miembros. En estos espíritus del mal se halla el germen de las representaciones medievales de los demonios, así como de muchas historias de apariciones y tentaciones, que pueblan la iconografía cristiana medieval. 

No hay comentarios: