DIOSES SECUNDARIOS
En la literatura religiosa se
observa un proceso constante de fusión
de los atributos de varias deidades en un solo dios, especialmente en los
períodos avanzados. Un caso muy conocido es la enumeración de los cincuenta
nombres de Marduk en el himno que se
le cantaba durante las fiestas del Año Nuevo, en los que Marduk absorbía los rasgos de otros muchos dioses.
AMURRU
Es la traducción acadia del
sumerio Martu, “occidental” es el
dios del Oeste, vinculado a los amorritas.
Desdoblamiento de Adad, que se
adoraba en compañía de su esposa Shala.
También el dios de las montañas. Recibió poco culto.
ASSUR
Assur era el dios asirio por
excelencia. Daba nombre a la capital y al país. Recibió culto de forma
constante y muy difundida. Es el caso de un dios local de una ciudad, ligado a
su destino político. Absorbió la teología de Marduk. Ocupó en Asiria el lugar de Enlil y Marduk, siendo
además el todopoderoso señor de la guerra. Era un dios nacional. Se convirtió
en creador y soberano de todas las deidades, de los hombres y del Universo en
general, incluyendo el cielo de Anu y
las regiones infernales, señor del firmamento y ordenador de los destinos. Uno
de sus símbolos más habituales era el disco alado que rodeaba al dios de medio
cuerpo y disparando una flecha. Su consorte era Ishtar.
El rey
Assurnasirpal II flanqueando el Árbol de la Vida. British Museum
El rey se representa dos veces, a uno y otro lado del geometrizado Árbol de la Vida, sobrevolado por el emblema del dios Assur.
El
rey, de perfil, con traje de ceremonia, cetro y diversos ornamentos de
significado religioso, señala en su doble y simétrica presencia al Árbol y al
signo de Assur con el índice de la mano derecha y es acompañado por
genios protectores alados que, a su espalda, hacen un gesto parecido, con una
piña (¿en referencia a la glándula pineal?) o esponja en la mano, mientras sostiene una sítula (cubeta de bronce) en la otra.
La composición subraya el papel del rey como protector
y vivificador del Árbol de la Vida, que crece bajo la cálida tutela de Assur;
es la encarnación de una energía beneficiosa que ordena la naturaleza y la
complicada coexistencia de los hombres y sus distintos pueblos.
Este relieve fue minuciosamente
reconstruido a partir de fragmentos hallados en un importante templo en Assur.
Se trata de un relieve monumental de piedra que muestra a una mayestática
deidad –un dios de la fertilidad o quizás el gran patrón de la ciudad, el
propio Assur- con un alto tocado y sujetando en cada mano plantas de largo
tallo que son mordisqueadas por un par de cabras. Al lado del dios hay dos
mujeres, posiblemente diosas, que sostienen jarras denominadas de fertilidad de
las que brotan chorros de agua.
BEL
Nombre y versión babilónica relativamente tardía del Enlil sumerio, señor de la Atmósfera, del huracán y del diluvio,
dios supremo de los fenómenos meteorológicos y de los demás dioses, comparable
al griego Zeus. Bel significa “Señor”. Se trata de un título convertido en nombre
propio. Su función era esencialmente soberana sobre los dioses, el Universo y
los hombres, a los que regía desde la Gran Montaña de Oriente (como Zeus desde el monte Olimpo). Los reyes y
patesis solo eran representantes o
delegados suyos en la labor de guiar y gobernar materialmente a los humanos.
Como regente de las fuerzas naturales, Bel
era beneficioso y destructor al mismo tiempo; y si desencadenó un impresionante
diluvio, también liberó a la tierra de los espantosos monstruos que la
asolaban, como un terrible dragón de cincuenta leguas de longitud.
Bel tenía una pareja femenina llamada Beltia, Belit o Ninhursag, que se
consideraba madre de los dioses y señora de la Montaña de Oriente. Aunque,
según se deduce de los textos, estos nombres parecen ser el masculino y
femenino de una misma palabra y personaje, que por sus orígenes y significado
aparecen a veces mezclados o confundidos con Enlil y Marduk.
Bel en la Biblia, en la historia del profeta Daniel:
“3. Había a la sazón en Babilonia
un ídolo llamado Bel; y se consumían para él cada día doce artabas de flor de
harina y cuarenta ovejas, y seis cántaros de vino.
4. Tributábale culto también el
rey, e iba todos los días a adorarlo. Daniel, empero, adoraba a su Dios. Y dijo
el rey: ¿Por qué no adoras tú a Bel?
5. Y él respondióle diciendo:
Porque yo no adoro a los ídolos hechos por mano de hombre, sino al Dios
viviente que creó el cielo y la tierra y es Señor de todo viviente.
6. Replicóle el rey: Pues ¿crees tú
que Bel no es un dios viviente? ¿No ves cuánto come y bebe cada día?
7. A esto contestó Daniel,
soriéndose: No vivas engañado, ¡oh, rey!, porque él por dentro es de barro, y
por fuera de bronce; y nunca come.
8. Montó el rey en cólera, y
llamando a los sacerdotes del ídolo les dijo: Si no me decís quién come todo
esto que se gasta, moriréis.
9. Pero si me hacéis ver que todo
eso lo come Bel, morirá Daniel, por haber blasfemado contra Bel. Y dijo Daniel
al rey: Así sea, como lo has dicho.
10. Eran los sacerdotes de Bel
setenta, sin contar las mujeres, ni los hijos. Y fue el rey con Daniel al
templo de Bel.
11. Dijeron, pues, los sacerdotes
de Bel: He aquí que nosotros nos salimos fuera; y tú, ¡oh, rey!, haz poner las
viandas y servir el vino y cierra la puerta, y séllala con tu anillo:
12. Y si mañana temprano no
hallares al entrar, que todo se lo ha comido Bel, moriremos nosotros sin
recurso; de lo contrario, morirá Daniel, que ha mentido contra nosotros.
13. Burlábanse ellos, pues habían
hecho, debajo de la mesa una comunicación secreta, y siempre entraban por allí,
y se comían las viandas.
14. Luego, pues, que hubieron ellos
salido, hizo el rey poner las viandas delante de Bel. Daniel mandó a sus
criados traer ceniza y la hizo esparcir con una criba por todo el templo en
presencia del rey; saliéronse, cerraron la puerta, la sellaron con el anillo
del rey, y se fueron.
15. Mas los sacerdotes entraron de
noche, según su costumbre, con sus mujeres e hijos, y se lo comieron y bebieron
todo.
16. Levantóse el rey muy de mañana,
y del mismo modo Daniel.
17. Y preguntó el rey: ¿Están
intactos los ellos, ¡oh Daniel!? Y respondió éste: ¡Oh rey!, intactos están.
18. Y abriendo luego la puerta, así
que dirigió el rey sus ojos hacia la mesa, exclamó en alta voz: Grande eres,
¡oh Bel!, y no hay engaño alguno en tu templo.
19. Sonrióse Daniel, y detuvo al
rey para que no entrase dentro; y dijo: Mira el pavimento y reflexiona de quién
serán estas pisadas.
20. Veo, dijo el rey, pisadas de
hombres, y de mujeres y de niños. Con esto irritóse el rey.
21. E hizo luego prender a los
sacerdotes y a sus mujeres e hijos; quienes le descubrieron el postigo secreto
por donde entraban allí a comer cuanto había sobre la mesa.
22. Por lo que hízolos morir el
rey, y entregó a Bel en poder de Daniel, quien le destruyó, juntamente con el
templo”.
(Daniel 14, 3-22).
En el texto se lee entre líneas el triunfo del Dios único de Israel, como
dios verdadero, sobre el dios-ídolo de Babilonia.
DAGAN
(En la Biblia era el dios de los
filisteos, Jueces XVI, 23; I Samuel V 2-7). Recibió culto entre los semitas
occidentales, especialmente en Mari. Semejante a Assur en Asiria. En origen,
era un dios de la cosecha y los cereales. Y se convirtió en un dios nacional
que proclamaba la realeza del monarca y le aseguraba la victoria. Desapareció
tras su universalización, asimilado con Adad y Enlil.
GAGA
Era uno de los múltiples dioses
infernales del panteón mesopotámico, de los más terribles y temidos, origen de
todas las desgracias, las enfermedades y la muerte, al que se invocaba
constantemente en los textos de introducciones liberadoras de los poderes del
mundo inferior de los muertos.
GIBIL O GIRRU
Dios muy benéfico que protegía a
los hombres de los poderes de los demonios; personificación del fuego
destructor y purificador, al que se le dirigían fervorosas plegarias. Se le
consideraba hijo de Ea.
IRRA
Dios de la peste y pariente
cercano de Nergal; según una leyenda mesopotámica, provocó la ira de Marduk y
el malestar de Ishtar, porque las epidemias que desencadenó atacaban sin
distinción a los justos y a los injustos, y amenazaban con despoblar la tierra.
ISHKUR
El señor sumerio de la atmósfera
se llamaba Ishkur, que luego fue absorbido por el semítico Adad, dios solar y
guerrero.
NABU
“El Brillante”, en acadio. Su
lugar de culto estaba en Borsippa, cercano a Marduk. Era el dios de los
escribas, escritura y sabiduría (similar al egipcio Thot). Le correspondía
fijar la “Determinación de los destinos”, idea según la cual escribía
metafóricamente el destino de las personas en una especie de “tablilla” que era
el mundo, y que se podía y debía descifrar para conocer el futuro. Esta
creencia estaba en la base de los ritos adivinatorios mesopotámicos. Recibió
culto, especialmente en la época neobabilónica. Su esposa Tashmetu, regía la
instrucción y los estudios.
NANNA
Fue originalmente el dios sumerio
de la Luna, que se representaba como un viejo de prodigiosa sabiduría y larga
barba azul, que recorría la noche en su barca en forma de media luna. Con el
tiempo, fue absorbido por Sin, sincretismo que los asirios mantuvieron en el
nombre de Nanna-Sin. El poderoso Nanna era adorado en Sumer con su compañera Ningal,
la “gran señora”; y su hijo era Utu, dios del Sol y la Justicia.
NERGAL
Dios de los infiernos. En sumerio
“Nemurgal”: “Dominio de la gran ciudad” (eufemismo para designar el Infierno).
Otro eufemismo es “Regente del gran Territorio”. Asimiló a un antiguo dios de
la peste y la epidemia. Enviaba enfermedades y combates asesinos. En novelescas
circunstancias se desposó con Ereshkigal, hermana mayor o desdoblamiento de Inanna/Ishtar,
que fue su compañera en el mundo inferior, en el que ambos reinaban sobre las
sombras de los muertos, morando en un palacio de lapislázuli.
NINGIRSU
Hijo de Enlil, originariamente
divinidad benéfica del río y de la fecundidad, que luego evolucionó en sentido
cazador y guerrero, otorgándosele por emblema el imgig, que era un águila de
cabeza leonina que clavaba sus garras en los cuartos traseros de dos ciervos.
Como dios agrícola se le llamaba “señor de los canales” y Gudea construyó para
él famosos templos, enalteciendo su personalidad.
NINURTA
(En sumerio “Dios del Huracán”.
Era la divinidad sumeria de la tempestad. Absorbió a Ningirsu, hijo de Enlil.
“Sabio en combate”, era el dios de la caza y la guerra para los semitas.
Su compañera era Bau, hija
primogénita de Anu, que también se llamó Ninkarrak, Gula, etc., y acabó por
convertirse en diosa de la medicina, que curaba las heridas hechas por su
compañero y sanaba las enfermedades. Un poema sumerio, escrito en varias
tablillas, actualmente fragmentarias, informa de la más famosa hazaña de Ninurta:
su lucha contra el demonio de la enfermedad, llamado Asag, uno de los más
infames habitantes del infierno o montañas de Kur.
Ninurta consiguió darle muerte,
pero este resultado desató las potencias del Infierno contra Sumer, ya que las
aguas del Apsu se precipitaron sobre el país y las tierras quedaron estériles,
con gran aflicción de los dioses y los hombres. Entonces Ninurta realizó
trabajos cósmicos, amontonó piedras colosales en Kur y con ellas formó una
barrera para proteger el país. Cuando las aguas del Apsu fueron dominadas, el
dios recogió las que habían inundado el territorio de Sumer, las vertió por el
cauce del Tigris y todo volvió a la normalidad.
Mientras tanto, Ninmah, madre de Ninurta,
estaba intranquila por la suerte de su hijo; éste atendió su ruego de que le
permitiese visitarle, y cuando la tuvo en su presencia bendijo la montaña de
piedras que había construido para salvar a Sumer, la llamó Hursag y estableció
en ella el reinado de su madre.
NUSKU
Era el fuego en su aspecto
luminoso, por lo que su emblema era una lámpara.
PAZUZU
Demonio del viento que solía
aparecer con una cara grotesca, cuatro alas, patas de ave, patas delanteras de
animal y cola de escorpión. Era hijo de Hanbi, rey de los demonios del viento
del mal. Sin embargo, se consideraba benévolo y los amuletos de bronce con la
cabeza de Pazuzu usados por las mujeres en el parto. para protegerse contra los
ataques del demonio femenino Lamashtu tuvieron gran éxito durante los períodos
Asirio tardío y Neobabilónico.
DUMUZI, TAMUZU o TAMMUZ
Acadización del sumerio Dumuzi “Hijo auténtico de Apsu”. Dios de la vegetación, era hijo
de Ea. Su mito sirve para explicar
los ciclos naturales, pues era el símbolo de la vegetación que reaparece cada
año. Muere, desciende a los infiernos en invierno y reaparece en primavera. Se
celebraban grandes fiestas por estos acontecimientos. De Sumer pasó a Siria y a
Palestina (Ezequiel 8, 14). En Fenicia era Adonis
(existen textos fenicios sobre la muerte y resurrección de Adonis) y de allí pasó a Grecia y a Occidente.
Todos los dioses eran
engrandecidos, como sublimes, majestuosos, gloriosos y poderosos. Cada dios,
con su familia y otros dioses menores constituían el panteón que reflejaba la
solidaridad cultural de Mesopotamia, anterior a la unidad política. Se concebía
la existencia de una asamblea plenaria de dioses, presidida por su rey Enlil (más raramente An).
De esas deliberaciones salían los
destinos de todos los seres que se escribían en Tablillas de los destinos (que servían de base para la adivinación
y eran gestionadas por Nabu).
Su Escritura era el símbolo del
poder de los dioses. La supremacía de Enlil
pasó a Marduk, Assur, Nabu, por avatares
políticos.
Por otra parte, se concebían unas
relaciones muy estrechas entre las personalidades sobrehumanas y las funciones
de la naturaleza y la cultura. Cada fenómeno natural o cultural planteaba unos
problemas acerca de su origen, que se resolvían con una explicación
sobrenatural. Así, tras el cielo, estaba el cielo como dios, con dingir* CIELO que era An/Anu.
Tras el espacio entre el cielo y la tierra estaba Enlil (señor del aire). Tras el agua dulce estaba Apsu, sobre el que flotaba la plataforma
terrestre Enki. La luna era el dios Nanna. El sol era Utu. Las lluvias, Ishkur.
El crecimiento de los cereales, Ashnun.
El crecimiento del ganado menor, Lahar.
De este modo, las divinidades daban sentido al mundo y se integraban de acuerdo
con el modelo político, desempeñando su papel cada dios o diosa.
Los ríos fueron divinizados y con
Gibil, dios del fuego, evaluaban a la
humanidad. Ninna, diosa de las aguas,
con forma de pez, tenía su santuario en Lagash. Nisaba, hermana de Ninna,
hacía brotar las cañas, muy útiles en Mesopotamia, por lo que también fue diosa
de la escritura, cuyos caracteres se trazaban con trozos de cañas cortados y
afilados.
Según la mitología mesopotámica, Marduk luchó contra el dragón del Caos y
Bel también libró a la tierra de un
terrible dragón. En la Biblia, ese papel le corresponde al arcángel Miguel, vencedor del dragón, ocasionando
el descenso de los “ángeles caídos”. (Ap
12,7)
Asimismo, en el antiguo Egipto,
cuando en el tiempo primordial, la época de los dioses, Horus venció a Set, el
significado era que el Orden había vencido al Caos.